El
desarrollo de los acontecimientos entre Israel y Palestina al igual que muchos otros episodios similares entre
diferentes actores, ha dejado en claro que la estructura orgánica de las
Naciones Unidas, lejos esta de ser un mecanismo objetivo de acción frente a las
necesidades de los distintos pueblos.
La
impunidad y el descaro con que se amenaza el accionar de Palestina (accionar que no es otro más que el uso de
los mecanismos legales que ofrece dicha organización internacional) quien
intenta hacer uso legitimo del derecho de “libre determinación de los pueblos”,
“la no intromisión en asuntos internos”, en definitiva; el ejercicio
independiente de su Soberanía, denota a las claras la falta de imparcialidad y
la imposición de intereses particulares de algunos Estados miembros por encima
de el bienestar de otras naciones.
En estos
últimos meses EE.UU. ha hecho efectivas sus amenazas sobre la iniciativa del
Estado palestino quitando el apoyo financiero a determinadas agencias de la ONU , caso concreto es UNESCO,
órgano que dejó de recibir el aporte norteamericano después de haber aceptado a
Palestina como miembro.
Cabe preguntar
entonces, ¿Qué sucederá ahora que Palestina es aceptada como Estado Observador
no miembro y posee la facultad plena de participar en las diferentes agencias
pertenecientes a las Naciones Unidas? ¿Dejará EE.UU de financiar
automáticamente dichas órganos, sabiendo que su aporte resulta de vital
importancia para el funcionamiento de los mismos? ¿Se sucederá otro tipo de
“sanciones” contra el Estado palestino en reprimenda por haber reclamado su derecho a ser? ¿No es acaso esto lisa y
llanamente extorsión? Parece necesario explicitar que Estado palestino
significa nación palestina, población palestina; individuos que reclaman su
derecho como tal.
El
resultado de la votación en la Asamblea
General de las Naciones Unidas merece cuando menos un lectura
critica por parte de Israel Y EE.UU., 138 votos a favor contra 9, mas el
posicionamiento neutro de algunos actores de primordial importancia en el escenario
como Alemania, país que hasta este momento mantenía una política Pro Israel.
Dicho resultado parece indicar que el sentir general se inclina por una
resolución pacifica de este conflicto histórico, casi sentenciando de manera
irreprochable las hasta ahora estériles políticas practicadas por el binomio
EE.UU. – Israel; políticas que según parece, apenas conocido el fallo por parte
de la Asamblea
no pretenden reformularse en lo mas mínimo, sino que por el contrario apuntan a
endurecer su accionar. El gobierno de Israel ha hecho pública en las últimas
horas su intención de crear dentro de Cisjordania y Jerusalén (la denominada
zona E-1) unas 3000 nuevas viviendas lo que indudablemente perjudica
rotundamente toda posibilidad de dialogo entre ambas naciones.
En estas
circunstancias, planteado dicho escenario en el campo político, depende del
gobierno palestino y de su capacidad como tal, el aprovechamiento del
posicionamiento que dicha resolución le ha otorgado para poder reafirmarse y lograr hacer eco de sus reclamos en los oídos de los demás Estados,
generando así un compromiso verdadero por parte de los mismos frente a la
realidad que este debe enfrentar diariamente.
Existe sin
embargo un elemento no menos importante a tener en cuenta, la composición de la
estructura sociopolítica palestina es por demás compuesta e inestable en lo que
respecta a unidad, fuerzas divergentes como lo son Hamás y la Organización
para la Liberación de Palestina, en suma con la influencia de los Estados
árabes, enfrentan un desafío mas que importante; lograr mancomunar sus ideas y
convicciones en pos de un
interés nacional.
Una
conclusión se desprende de estos últimos acontecimientos, mas allá de la escasa
funcionalidad dentro del ámbito institucional, el reconocimiento por parte de la Asamblea al Estado
palestino, le confiere Ad effectum un
gran apoyo y representa un pilar más que significativo donde reafirmar sus
demandas.
Sin duda
será necesario que ambas naciones manifiesten su voluntad real de solucionar
este -por demás complejo- conflicto en los hechos y no simplemente en los
discursos; aunque para que dicha solución comience a vislumbrarse se vuelve
imperiosa la separación de los planos político y religioso, alternativa que no
parece factible a simple vista debido a la naturaleza del mismo.
“El Gobierno del
Estado de Israel y el Grupo de la
OLP (de la delegación jordano-palestina a la Conferencia de Paz
sobre el Oriente Medio) (la "delegación palestina"), en
representación del pueblo palestino, convienen en que ha llegado el momento de
poner fin a decenios de enfrentamientos y conflictos, de reconocer sus
legítimos derechos políticos mutuos, de tratar de vivir en un régimen de
coexistencia pacífica y de dignidad y seguridad mutuas, y de llegar a una
solución de paz justa, duradera y global y a una reconciliación histórica por
conducto de un proceso político convenido.”
(Introducción de la Declaración
de Principios sobre las disposiciones relacionadas con un gobierno autónomo y
provisional, suscrita por el Estado de Israel y la Organización de liberación
palestina el 13 de setiembre de 1993).