Menos de un
mes nos separa de las elecciones nacionales, menos de un mes para que los
uruguayos una vez más manifiesten libre y democráticamente su voluntad
soberana. Es a estas alturas donde creo necesario realizar un análisis –una fotografía
como suele decirse - breve pero no por eso menos conciso acerca de la madurez
necesaria que como votantes y poseedores de tan históricamente batallado
derecho debemos tener.
La
demanda de resultados, la vorágine del éxito.
Actualmente
la opinión generalizada tiende a concebir como válida una máxima que en
realidad no posee sustento alguno más que el propio acervo colectivo. Esta es
la idea de que la rapidez de un proceso es condición sine qua non para el éxito del mismo. Por alguna razón, la cual
particularmente creo que responde a la permeabilidad del pensamiento social
frente al continuo bombardeo ideológico del sistema imperante, el cual
necesariamente por su naturaleza debe esforzarse para abrirse caminos de manera
constante; hemos en cierto grado, naturalizado esta idea.
Ahora bien, analicémosla desde su opuesto. Lo
que se infiere es que todo proceso que demande cierto lapso de tiempo, cierta
complejidad en su diseño y estructuración, es negativo y poco productivo. Todo
proyecto que solicite de nuestra parte un esfuerzo prolongado desde todos los
aspectos, tanto temporal como intelectual, e incluso espiritual, es sinónimo de
frustración e incertidumbre.
El
juego en el plano político.
Lo
que sucede con esto es que hoy en día, más precisamente en tiempos de campaña, podemos
observar claramente que ha sido (o por lo menos pretende ser) adquirido como
argumento base para desmerecer el proceso de cambio actual en el accionar
político de nuestro país.
Hay
según se puede percibir, un intento continuo por evitar que la mayor cantidad
posible de personas conciba a la
política y lo que ella intenta construir, como un proceso continuo, el cual
trasciende indefectiblemente los tiempos individuales y de gobierno. Esto se
pretende lograr mediante un discurso –por cierto bien armado- que actúa en
todos los campos de influencia, operando en base a un aparato propagandístico
de dimensiones por demás considerables, que responde directamente a una
capacidad económica sin precedentes en la vida político-partidaria nacional.
Cabe
preguntarnos, ¿a que motivo responde este accionar? Responde sin lugar a dudas
a la clara e indudable necesidad que los partidos tradicionales enfrentan hoy
de lograr fraccionar y por ende desmovilizar el proceso de cambio llamado
Frente Amplio, que surgió desde sus propias entrañas hace ya más de cuarenta
años y que hoy en día, después de dos periodos de gobierno ha logrado demostrar
que se puede pensar EN CLAVE DE FUTURO.
Es
por esta sencilla razón que a quienes hoy son oposición, les urge instaurar la falta
de memoria histórica y en consecuencia la incapacidad de visualizar a la
construcción del bienestar colectivo como un proceso de acumulación. Porque
saben que un modelo de país exitoso indefectiblemente debe transitar el camino
de la igualdad de oportunidades, del acceso universal a los bienes y servicios,
y eso contradice las bases mismas de su concepción de sociedad, librada a la
suerte de un mercado que si algo ha demostrado es que dista de ser inclusivo.
Nuestra
tarea.
Nos
toca a nosotros, los que impulsamos estos cambios, salir a dar la pelea contra
la política del pesimismo, la desmemoria y el mal augurio. Tenemos la
RESPONSABILIDAD hoy más que nunca de respaldar todo lo realizado en estos diez
años de gobierno frenteamplista, porque defender lo hecho es también, defender
lo que está por venir. Esa es nuestra pelea, lograr promover en la gente una
conciencia cuestionadora de la realidad, que sienta la necesidad de analizar y
reflexionar sobre qué y quienes son los actores que influyen en su día a día
pero por sobre todo ello, lograr que se piense a sí mismo como parte de un
todo, de un colectivo, y en efecto de un proyecto común.
Para
llevar adelante dicha tarea, contamos con herramientas que son sin duda trascendentes y que por sí solas son capaces de contrarrestar cualquier
argumento que intente desacreditar el proyecto nacional frenteamplista. Son los
logros que hemos alcanzado en estos diez años, ellos son la prueba fiel e
irrefutable de que los gobiernos del Frente han sido capaces de interpretar las
necesidades de la sociedad uruguaya. No existe argumento más sólido que lo
tangible, que lo que podemos percibir en la cotidianeidad de nuestros días y es
por eso que debemos marcar y defender con firmeza la obra de nuestros
gobiernos.
Sin
duda esta cuestión es solo una parte de la compleja realidad que supone hacer
política y en consecuencia (de un largo proceso) ser gobierno, pero no por ello
debemos subestimar su importancia. Si no somos capaces de lograr esa proyección
temporal, de recordarle a la gente que este modelo de país que estamos
defendiendo hoy, es el mismo que la gran mayoría de ellos apoyó hace diez años;
que lo que se vota hoy, es la legitimación de lo que se votó ayer, entonces
habremos perdido el sustento propio de nuestra
empresa y correremos el riesgo de ver estancadas nuestras expectativas de un
futuro nacional próspero.
Es
en este sentido que nosotros, los utópicos que aprendimos a soñar con los pies en la
tierra, los que nos atrevimos desde hace ya una década a “gestionar una
ideología”, debemos seguir como hasta ahora, saliendo a cada rincón del país a
defender lo hecho y refrescar si es necesario, la conciencia de aquellos que por
diversos motivos no han hecho reparo de todo lo alcanzado hasta hoy.
Innegable
es el papel que las Juventudes frenteamplistas deben jugar en este proceso
electivo. Las mismas tienen la doble responsabilidad de sumar esfuerzos en lo
que a la campaña se refiere, pero también deben en el mismo proceso, ser quienes puedan captar las expectativas y demandas de
aquellos jóvenes que no han logrado identificarse con un modelo de país y mucho
menos sentirse incluidos en dicho proyecto.
El
desafío no es menor, pero conociendo a muchos de los jóvenes que hoy integran
este colectivo, no tengo duda alguna de que la victoria está al alcance de
nuestras manos.
ARRIBA
COMPAÑEROS!!