Bienvenidas las opiniones fundadas y los debates constructivos.

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lunes, 21 de septiembre de 2015

Punto para Tsipras.

       
Por tercera vez en nueve meses la fuerza política de izquierda Syriza vuelve a sortear con creces una instancia electoral. Desde su triunfo en enero, pasando por el apoyo recibido en el referéndum de julio, el éxito conseguido hoy en las urnas resulta más que significante teniendo en cuenta el desenlace de las negociaciones pasadas con la directiva europea y el FMI.

Breve contextualización en cuanto a cifras.
En términos cuantitativos el número de escaños logrados 145 (35% del electorado) frente a los 149 logrados en enero, debe entenderse como un resultado consistente y exitoso si tenemos en cuenta todo lo acontecido durante el período. El desgaste de una durísima negociación con los acreedores que como resultado decantó en un tercer rescate financiero, con condiciones por demás contrarias a la postura del gobierno griego (aumento de privatizaciones, suba de impuestos, recortes en salarios). Ello suponía desde toda lógica que gran parte de la población se sintiese “defraudada”, o entendiese el resultado de ese proceso como un claro fracaso de Tsipras y su fuerza.  Cierto es que sectores del sistema político griego (Nueva Democracia, Unión Popular) intentaron efectivizar esa visión en los electores, pero con los resultados a la vista podemos afirmar que dicha estrategia electoral no tuvo el éxito deseado.

Por otro lado el rival directo de Syriza, Nueva Democracia, comandada por Vangelis Meimarakis demostró incapacidad para poder captar ese porcentaje de electores indecisos que fueron quienes terminaron definiendo el resultado, como es lógico en un escenario con márgenes tan pequeños. Incluso en términos de diputados sufrió una baja con respecto a las elecciones pasadas, obteniendo 75 escaños.
Aurora Dorada (partido neonazi) consolida un tercer puesto con 18 escaños, bastante lejos de los principales partidos pero aún así, por encima de los tradicionales PASOK y KKE, con 17 y 15 escaños respectivamente. Respecto al PASOK debemos apreciar una leve mejoría en cuanto a su desempeño, 6,27 %  mientras que en enero había logrado tan solo el 5%. En números totales la participación apenas superó la mitad de habilitados 53,4%, lo que muestra un descenso respecto a la votación de enero.

Resta entonces sintetizar el resultado desde la óptica política-estratégica.
Sin duda la figura de Alexis Tsipras resulta la gran vencedora al contar nuevamente con el respaldo de la sociedad griega. Triunfar ahora, significaba validar todo el proceso transcurrido durante estos 9 meses de gobierno. Claramente su estrategia de llamar a elecciones anticipadas fue la correcta (aunque arriesgada en verdad), puesto que el resultado vuelve a posicionarlo firmemente como representante de los intereses griegos de cara al exterior, pero también hacia la interna del sistema político griego.

Tanto Syriza como Nueva Democracia expresan su intención de acatar el plan de rescate acordado con Bruselas, por lo tanto la cuestión no pasaba por elegir austeridad si o austeridad no; la cuestión era entre izquierda y derecha. Comprometidos ya con un tercer acuerdo, el pueblo griego debía elegir quién debía llevar adelante el proceso y quizás la demostración de franqueza y autocrítica de Tsipras (admitiendo su fracaso durante el proceso) primó sobre la imagen tradicional de derecha conservadora de Meiamarakis, imposibilitado éste último de quitarse la connotación negativa que ello implica dentro de un electorado hastiado de corrupción y clientelismo.

Podríamos afirmar tal vez que Syriza es hoy la opción “más viable” dentro del espectro político griego, en el entendido de que la ruta a seguir ya está trazada por un acuerdo imposible de modificar a corto plazo, y que por ende lo único librado a la elección de la sociedad  era la potestad de determinar el grado de compromiso social  con el que se implemente dicho acuerdo.


Unión Popular, el partido surgido luego de la escisión de Syriza post-acuerdo, no logró siquiera entrar dentro del parlamento. Ello demuestra que la radicalidad del discurso no generó adeptos frente a lo inevitable del rescate. Es un resultado lógico acorde con lo manifestado en el referéndum anterior, el cual dejó en claro la convicción europeísta de la sociedad griega.

En cuanto a acuerdos Syriza vuelve a pactar con ANEL (Griegos Independientes) como lo hizo en las primeras elecciones, alcanzando así las mayorías parlamentarias 155 escaños. Era un acuerdo previsible, aunque también se había manejado la hipótesis de pactos con PASOK, en el caso de que los resultados hubiesen sido menos favorables.
ANEL es claramente una fuerza de derecha conservadora, fundada y dirigida desde 2012 por Panos Kamenos antiguo diputado de Nueva Democracia. Por lo tanto la alianza entre ambos partidos responde claramente a una cuestión pragmática, Syriza necesita gobernabilidad y ANEL con sus 10 diputados se asegura puestos estratégicos dentro del gobierno. Recordemos que el mismo Kamenos fue durante estos meses Ministro de defensa con lo que ello implica en Grecia, país con altísimo presupuesto en materia de defensa.

Aun así debemos seguir con detalle esta alianza puesto que las condiciones actuales son distintas respecto a las de enero. Sus posturas en materia económica caminan bastante alienadas, pero por otra parte frente a cuestiones como la crisis humanitaria de los exiliados las diferencias son diametrales, puesto que Kamenos es partidario de medidas antimigratorias duras.
En conclusión el resultado de estas elecciones legitima lo hecho hasta ahora por Syriza y aunque no se avizoran cambios sustanciales en lo que a medidas impuestas por el plan de rescate refiere, es de esperar que el gobierno griego intente durante el transcurso de las mismas, lograr una moderación en cuanto al impacto directo que los recortes salariales, las privatizaciones (se intentará rever la cuestión de la privatización de los 14 aeropuertos planteada en el plan de rescate) y el aumento de impuestos represente en la gente.

Desde la visión de quienes dirigen las políticas de rescate en Bruselas, el resultado en términos prácticos poco insidia en cuanto al desarrollo futuro del plan acorado puesto que ambas fuerzas, Syriza y N.D. dejaron bien en claro durante la campaña su voluntad de acatar lo acordado.
 Por ello este triunfo es quizás una victoria en el terreno ideológico y debe anotársela la izquierda europea. Lo que se demostró hoy en Grecia es que la gente sigue apostando por una izquierda transformadora más allá aun de los resultados concretos en el campo de la práctica. Volver a los modelos tradicionales no parece ser una opción para los griegos; solo resta esperar si para los demás escenarios europeos que hoy están dando ese debate, la decisión de la gente se incline por el mismo camino.

Mientras tanto Iglesias y la gente de Podemos respiran hoy una bocanada de aire fresco que tanta falta les hacía en una campaña que por momentos parece demasiado larga.

martes, 12 de mayo de 2015

Syriza y Podemos, las “nuevas alternativas”.

“El político burgués vive completamente sumergido en la democracia política; las formas de aquélla le esconden la sociedad misma. La actitud de los gobiernos, sus diferentes relaciones con los partidos políticos, la posición de los partidos en las Cámaras, los pequeños sucesos de los pasillos y de los círculos parlamentarios, los artículos de fondo de los principales periódicos: he aquí todo su mundo”.  Max Adler (1926)

El estado de situación actual del escenario político europeo se presenta como el resultado de una conjunción de factores de variada índole. Así mismo, la realidad que exponen (o padecen) los distintos partidos socialistas y socialdemócratas dentro de este contexto, responde de manera directa al accionar político de estos en el transcurso de los últimos tiempos.
La lógica mercantilista de un neoliberalismo que logró imponer sus principios individualistas por sobre el interés colectivo de las sociedades, superó en la praxis al discurso que la izquierda (en términos globales) defendió históricamente.
Aquellos que supimos ser la voz que marcaba la otra alternativa frente a las desigualdades sociales que son una consecuencia intrínseca al sistema capitalista, fuimos perdiendo la capacidad de ofrecer respuestas concretas más allá del discurso. Nos inmovilizamos frente al peso avasallante de un sistema que si algo ha demostrado, es su enorme capacidad de readaptación a las nuevas reglas de juego de las últimas décadas.
 Como consecuencia directa de ello, fuimos cediendo espacios dentro del escenario político, los cuales actualmente son disputados por nuevas expresiones que en la lógica de su discurso “radical”, pretenden ser una alternativa frente a aquello que se muestra como estéril y falto de acción.
 

Las “nuevas izquierdas”, crisis y falta de respuestas.

Durante los periodos posteriores a la “refundación” de la socialdemocracia europea, los distintos gobiernos de izquierda se vieron inmersos en la práctica de políticas de carácter progresista en el ámbito social, pero paradójicamente apegadas a la lógica de mercado en lo que a estrategias fiscales y económicas refiere. Ese posicionamiento, en suma con el desgaste y los vicios (corrupción, clientelismo) que una vez alcanzado el poder los diferentes gobiernos socialdemócratas fueron en mayor o menor grado desarrollando, generó como consecuencia, la pérdida de una identidad clara y por ende; la subsiguiente crisis ideológica que como resultado traería el alejamiento del partido con respecto a las bases mismas del electorado.
El desplome del sistema financiero en el año 2008 encontró a la socialdemocracia europea en un estadio de sedentarismo ideológico, absorbidos completamente por la inercia del mercado y las demandas de las grandes estructuras económico-financieras.
La izquierda europea había caído presa del capitalismo y su juego, seducida claro por la idea de poder conjugar en sus bases teóricas, el libre mercado y el bienestar social. Desde entonces, la línea que separaría a derechas de izquierdas, comenzaría a desdibujar sus límites para convertirse en una simple diferenciación en cuanto a las formalidades del accionar político de cada una.
En consecuencia, lógica por cierto, frente a la incapacidad y falta de respuestas (producto directo del proceso mencionado anteriormente) por parte de los partidos de centro izquierda, en suma con el desgaste y la sobrexposición propia del ejercicio de gobierno, sucede el corrimiento natural del electorado hacia los extremos del espectro político.
Así las cosas, el escenario actual de los países afectados – crisis política interna, más fuerte presión externa por parte de gobiernos y agentes económicos - sirve de tierra fértil para el resurgimiento del denominado populismo, el cual dependiendo de las características de cada región, podrá identificarse en algún caso con los movimientos de izquierda más radicales en cuanto a su planteo (Syriza, Podemos), o bien, con los movimientos nacionalistas de corte más extremista, como es caso notorio el resurgimiento del Frente Nacional en Francia.
Esto plantea una situación que paraliza a los socialdemócratas en Europa, por un lado, no pueden adjudicarle con lógica electoral a la derecha la crisis del  capitalismo, ni tampoco pueden presentarse como alternativa al mismo, puesto que ese papel es ahora patrimonio de los partidos situados a la izquierda del espectro político.
Dentro de ese esquema surgen las distintas opciones que intentaran captar (algunas ya con éxito) el descontento y los reclamos de las sociedades golpeadas de lleno por una crisis económica. Es en este contexto que nacen los nombres de Syriza y Podemos como los ejemplos más claros de alternativas políticas para la salida de la crisis que económica en un principio, pasó luego indefectiblemente a afectar tanto a la esfera social como política.


Grecia

Con una tasa de desempleo del 27% (la mitad del mismo son menores de 26 años), una deuda pública que supera el 180% del PBI, un sistema de salud totalmente desarticulado al igual que el de pensiones, entre otros indicadores igualmente desastrosos. Todo esto potenciado por una política de austeridad que después de 5 años de implementada no ha dado señales de efectividad, ha desencadenado un giro político producto de las demandas sociales que decantó en el triunfo de Syriza “coalición de la izquierda radical”, comandado por Alexis Tsipras.
Syriza tiene el mérito de haber sabido canalizar el descontento popular, pero también el PASOK tiene en gran parte la responsabilidad de haber generado ese descreimiento por parte de la sociedad hacia el sistema político griego. La corrupción casi endémica, la falta de transparencia y el clientelismo propio de dicho sistema, lejos estuvieron de disminuir durante los gobiernos del PASOK. Como resultado de ello, la imagen del partido en la actualidad lo sitúa en un plano por demás desfavorable, del cual lo único certero es el largo camino que deberá recorrer para volver a situarse como un actor determinante dentro del escenario político. Hablar de una “refundación” en cuanto a dirigencia y estructuras se refiere, no resulta para nada descabellado teniendo en cuenta el último resultado electoral (4.7%), que lo sitúa incluso por debajo del partido nazi Amanecer Dorado (6.3%).
Ahora bien, en este estado de situación, Syriza debe medir cada movimiento buscando una política de equilibrio entre su accionar exterior y las repercusiones que este pueda llegar a desencadenar dentro de su propio territorio. Es que paradójicamente su programa de gobierno de corte radical que fue el elemento que sustentó su discurso reaccionario, representa ahora un condicionamiento permanente, el cual reduce el margen de negociación dentro del esquema europeo y más precisamente, frente a la denominada Troika ( B.C.E, Comisión Europea, F.M.I).
De igual modo, el flamante gobierno griego ha demostrado que más allá del juego mediático transcurrido durante las primeras semanas de ejercicio, tiene bien claro hacia dónde debe apuntar sus esfuerzos para obtener el mayor rédito posible frente a Bruselas. Grecia sabe bien que posee ciertos elementos a su favor que pueden resultarle de mucha utilidad durante las arduas negociaciones que tiene por delante. Basta con señalar quienes son los principales acreedores de la deuda griega (FMI, BCE, y demás países integrantes de la UE) para dejar en claro que Grecia y Bruselas –pasando por Berlín- están condenados a entenderse.
La Troika sencillamente no puede permitir que Grecia caiga y la hipotética salida de la zona euro de la economía griega, desataría una serie de repercusiones tanto políticas como económicas sin precedente dentro de la Comunidad Europea. Ese es un escenario que debe descartarse de plano puesto que el mismo Alexis Tsipras se ha manifestado en contra de abandonar la moneda única.
En el plano político surge el juego de alianzas e influencias (Rusia, Italia y Francia) que Grecia potencialmente podría llevar adelante de acuerdo a sus lineamientos estratégicos. Ha demostrado que está dispuesta a contradecir algunos de los principales ejes políticos comunitarios, más precisamente el referido a las sanciones económicas impuestas a Rusia debido al conflicto ucraniano. Es una jugada firme de Syriza pero muy cuidada, puesto que lejos está de sus intenciones confrontar con los EE.UU como bien claro lo manifestó el ministro de economía Yanis Varoufakis por medio de un artículo redactado para el  New York Times, en el cual dejaba en claro que Grecia no contemplaba en la actualidad la posibilidad de abandonar la OTAN. Sus fuerzas están concentradas en la crisis europea.
Ahora bien, si concentramos nuestro análisis en el programa de gobierno griego, podemos afirmar que gran parte de las propuestas allí plasmadas lejos están de representar un giro radical, sino que por el contrario, dejan entrever un claro esfuerzo por el cuidado de las formas en que se plantean las tan ansiadas reformas. En ninguno de sus párrafos se asoma la idea de abandonar la Unión Europea, ni siquiera la zona euro; sencillamente porque Grecia no puede permitirse el lujo de perder un cumulo de privilegios y derechos que le aseguran una inserción en el plano europeo y sin dudas, en el contexto global.
EL compromiso por la lucha contra la evasión fiscal, la restauración de convenios colectivos, la detención de despidos masivos, el restablecimiento de un fondo de pensiones paralizado y hasta la creación de un Banco público de desarrollo, son algunas de las propuestas que Syriza impulsa desde su plataforma. Todas ellas contextualizadas dentro de un “Plan nacional de reconstrucción” (con clara orientación Keynesiana) el cual se presenta como alternativa al Memorando impuesto por la Troika y aceptado por Samaras durante el gobierno anterior.
Podemos concluir entonces que Syriza es un partido político con estructura y experiencia en la arena política, tanto a nivel parlamentario como municipal. Un partido con diez años de existencia formal pero integrado por actores con una vasta trayectoria política que saben muy bien como posicionarse dentro del sistema partidario griego. Vale la pena recordar que la principal alianza trazada inmediatamente después de sucedidas las elecciones nacionales, fue con Griegos Independientes (2010), un partido creado por Panos Kammenos, disidente de la conservadora Nueva Democracia.

España

España no es Grecia. Al parecer es necesario realizar esta aclaración si observamos la intencionalidad con que algunos medios de prensa y actores políticos pretenden definir a Podemos y Syriza como dos versiones del mismo producto. Sin duda ambos partidos son la expresión del malestar general frente al estado de situación europeo, son hijos de una misma crisis, pero cada uno, responde a la particularidad de su país y de su gente.
Debemos tener en claro que ambos países difieren en cuanto a la construcción histórica de su institucionalidad, así como también poseen sociedades y sistemas políticos particulares, productos de esa construcción propia. Por tal motivo, las herramientas políticas que cada sociedad impulse poseerán indefectiblemente en sus bases programáticas y de acción, los genes singulares de una identidad nacional particular.
España es la cuarta economía del Euro y su población es cuatro veces mayor a la griega. Grecia es la decimoquinta economía de la U.E. Por ende el peso en la mesa de negociación que cada uno de estos países pueda ejercer frente a los condicionamientos europeos será claramente disímil y esto es una variable que ambas fuerzas políticas manejan de forma consciente.

¿Qué es Podemos?
Podemos es el descontento social canalizado en un proyecto concreto. Es la síntesis política de aquel movimiento (espontaneo) social que en 2011 comenzó a demandar un cambio de rumbo en cuanto al manejo de la crisis económica que desde el año 2008 azota a la U.E y especialmente a los países del sur de la misma. Una crisis que ha golpeado duramente a las clases medias, a la pequeña y mediana empresa, al trabajador autónomo, etc.
Es desde ahí que Podemos surge como la nueva herramienta con la que aquellos quienes denuncian la falta de respuestas de la izquierda tradicional frente al embate de la crisis, pretenden dar pelea a las políticas de austeridad instauradas desde la cúpula europea.
En enero de 2014 se publica el Manifiesto “Mover ficha: convertir la indignación en cambio político”, redactado por un grupo amplio de intelectuales afines al movimiento, en el cual se establecen las bases teorico-ideologicas del partido que hoy se presenta como primero en la intención de votos a nivel nacional en España.
…Resulta para muchos intolerable que en la mayor crisis del sistema desde el crack de 1929, las fuerzas que se dicen progresistas muestren su mayor debilidad, condenando a las mayorías de nuestros países a una suerte de melancolía que conduce a la resignación y a la depresión política. Pero hemos pasado por peores momentos y hemos sido capaces de sobreponernos a las dificultades. ¿Por qué debiera ser ahora diferente?” (Fragmento Manifiesto “Mover ficha”, 2014.)
Fue así que este nuevo proyecto político comenzó con buen pie obteniendo cinco escaños en las elecciones de Mayo de 2014 al parlamento europeo, hecho que afianzó las bases del partido y terminó de consolidar su postura “anti-austericidio”.
La particularidad de Podemos radica en el planteo de su discurso, rechazando la dicotomía izquierda-derecha y sustituyéndola por el concepto de democracia-dictadura. Esto en el entendido de que la democracia es el valor a reconstruir y defender, frente a la dictadura impuesta por los grandes capitales que controlan y condicionan las acciones de los gobiernos de turno, adjudicado en parte al servilismo del sistema político tradicional. Lo que pretende con este discurso es lograr unificar a los partidos tradicionales bajo un mismo término “Castas”, eliminando todo rastro de distinción entre ellos y acusándoles así (y vale decir que con cierto grado de verdad) de cometer los mismos actos reprobables, esto es; corrupción, clientelismo político, lobby empresarial, etc. Para Podemos, la pelea en cuestión es la que el pueblo español (verdaderos patriotas) debe dar  frente al sistema económico-político imperante, para recuperar la democracia que éste de hecho le ha robado a la sociedad.
Resulta necesario para poder entender el proyecto de Pablo Iglesias y su gente, realizar una breve reseña de las principales líneas que este por demás joven partido pretende impulsar.
En noviembre de 2014 se hizo público el documento que recoge una síntesis programática del partido. Dentro del mismo se trazan seis pilares fundamentales, economía, libertad, igualdad, fraternidad, soberanía y Medio ambiente.
Desde esa plataforma se intenta promover una serie de políticas orientadas a recuperar y conquistar (términos utilizados en dicho documento) los espacios de participación y decisión inherentes a la sociedad.  
En el plano económico se anuncia un programa de inversión y políticas publicas orientado a la creación de empleo de calidad y la reactivación económica mediante la reconversión del sistema productivo, terminar con la España del ladrillo y el turismo, recuperando el aparato industrial sinónimo de una economía fuerte. Una economía social que contemple a pequeños y medianos productores como motor sustancial de la ecuación económica y dentro de la cual, el Estado sea una parte activa, tanto en materia de legislación (regulando de manera más estricta sectores como las telecomunicaciones y el transporte público hoy privatizados), así  como en participación directa (devolución de los principales sectores como el energético  al control público).
Otro punto fuerte de ese pilar es la intención de auditar la deuda pública y privada con el fin de evaluar que partes de la misma se pueden considerar ilegitimas y por ende nulas de obligación. Acompañado esto con la derogación del polémico artículo 135 de la Constitución española reformado en el año 2011 durante el gobierno del PSOE y con el apoyo del PP, el cual determina la prioridad absoluta del pago de la deuda publica dentro de los presupuestos generales.
En ese sentido el programa manifiesta el propósito de darle una connotación más cercana a lo social al BCE, otorgándole una clara misión democratizante para el desarrollo económico de los países, mediante la creación de mecanismos de control democrático y parlamentario sobre el mismo.
De igual modo se expresa un compromiso por la lucha contra el fraude fiscal el cual se ubica diez puntos por encima del promedio europeo, y la rebaja del IVA para los productos básicos, en conjunto con una reforma progresiva del IRPF entre otras propuestas.
En el plano  social el documento establece planteos que apuntan a reforzar las libertades individuales así como asegurar la igualdad en materia de derechos civiles y políticos de todos los ciudadanos. El cese inmediato de los desahucios en toda España, garantizar el acceso a los servicios públicos esenciales como la salud (derogando privatizaciones si resultase necesario), así como el fin de las políticas antiterroristas y de seguridad ciudadana que a su entender vulneran la libertad de expresión, de asociación, manifestación y protesta.
 Este ámbito comprende un amplio espectro de acción que promueve desde la eliminación de los privilegios fiscales de la Iglesia católica,  pasando por la implementación de políticas orientadas a la lucha contra la discriminación de todo tipo, hasta un plan para la democratización de la gestión, ejecución y evaluación de la inversión pública a través de presupuestos participativos.
En materia de relaciones internacionales el programa realiza un planteo con una perspectiva netamente desde la Unión Europea (descartando implícitamente todo planteo anti-unión). “La participación ciudadana como elemento central de la construcción europea” aparece como eje transversal en el campo internacional. En ese sentido pretende instaurar el referéndum popular como herramienta básica de la ciudadanía para ejercer su contralor en el desarrollo de las políticas impulsadas por la Comunidad desde sus órganos. Esto dentro de todos los campos de acción, económico, social y político.
El incremento del presupuesto destinado al gasto social, una política de reconocimiento del derecho de los y las emigrantes (prohibición de los CIES, anulación de los programas contra la inmigración FRONTEX y EUROSUR); así como el fin de la denominada “Directiva de la Vergüenza” (directiva de la UE, 2008 sobre el retorno de inmigrantes ilegales), son otros pilares básicos de la política internacional del partido.
Potenciar la integración de los países del sur mediante mecanismos de cooperación que le otorguen peso dentro de la Unión, el Mediterráneo jugando un papel determinante en el proceso europeo. Reorientación de la política internacional de la Unión Europea bajo una perspectiva integradora y de cooperación, para ello se propone un acercamiento a Latinoamérica, región clave según su entender para un desarrollo armónico y soberano.
Reconocimiento del Estado Palestino y exigencia de la devolución de los territorios ocupados por Israel. Reducción del presupuesto militar, desmantelamiento de las bases militares en terceros países, además de la puesta en marcha de un referéndum vinculante sobre la salida de España de la OTAN.
En materia de tratados propone la derogación del Tratado de Lisboa 2007 por entender que el mismo representa los intereses de una “Europa neoliberal y antidemocrática”.
Una revisión al proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, a su vez que se impulsen los espacios para la revisión de los Tratados de Libre Comercio con América Latina.
Como último punto sustancial en materia comunitaria se propone el fin de los Memorándums de Entendimiento como mecanismo de pacto en materia macro económica. “Las grandes decisiones macroeconómicas han de ser precedidas de un debate público real y referéndums vinculantes”.
El mensaje que claramente se intenta transmitir mediante este proyecto programático es la toma de iniciativa popular, un intento por movilizar y transformar el descontento general de quienes se sienten vulnerados en sus derechos por causa de una crisis que les resulta imposible de sobrellevar, la cual es adjudicada al mal desempeño del sistema político “tradicional”.
La consigna que entonces surge de ese análisis sería “recuperar la soberanía que nuestros dirigentes políticos incapaces han cedido a Bruselas”. Y es aquí donde el planteo de Podemos se vuelve radical, no en su proyecto político el cual si bien posee algunas propuestas que pueden etiquetarse como de extrema izquierda (“derogación de todas las leyes, directivas, órdenes y decretos que hayan supuesto la privatización directa o indirecta de los servicios públicos esenciales”, secc. 3.1 del programa), mantiene en términos generales una clara línea progresista con fuertes rasgos de socialdemocracia.
Es en su discurso donde lo radical se hace presente, su posicionamiento frente a los partidos históricos está cargado de una fuerte connotación despectiva, denunciando su falta de respuesta, los hechos de corrupción, el clientelismo, las relaciones “incestuosas” entre partidos y empresas, las denominadas “puertas giratorias”, desdibujando los límites ideológicos de cada uno (PSOE Y PP) y responsabilizándolos por igual junto con el “Partido de Wall Street” (FMI, BCE, Comisión Europea) por la situación actual, “la dictadura de los poderosos” según sus propias palabras.


EL debate

Desde este breve análisis de situación, pretendemos fomentar e incentivar la discusión sobre la estrategia que el socialismo a través de nuestros hermanos europeos debe adoptar para lograr revertir el actual escenario.
Sumergida en una realidad por demás complejizada debido a la multiplicidad de factores que la determinan y con sociedades signadas por las desigualdades, Europa atraviesa hoy un proceso de reformulación en cuanto a la distribución del poder. Caída y ascenso de nuevos y viejos actores nacionales e internacionales.
Sin duda se necesita para ello asimilar y comprender de la mejor forma posible lo que estos nuevos actores políticos representan. No podemos perder de vista el elemento base que los impulsa y que no es otra cosa que el rechazo hacia las estructuras económicas vigentes y los modelos políticos inoperantes.
Dentro de todo esto algo es seguro y es que en un contexto como el europeo actual, ninguna fuerza política puede per se, disponer del peso necesario como para poder prescindir del diálogo político.

Mientras tanto; los tiempos corren y las propuestas se hacen urgentes para el pueblo europeo.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Que no se callen sus voces.

¿En que creer?, ¿hacia dónde mirar?

Esas preguntas se vienen a la mente cuando la realidad se presenta tan cruda como hoy en México. Cuando te dicen que el propio Estado, tu propio país, fue quien entrego la vida de cuarenta y tres jóvenes en manos de mercenarios.
Cuando escuchas el relato frío y tétrico de los autores materiales, tan mexicanos como las víctimas, esos cuarenta y tres “chavos”, se vuelve imposible comprender la dimensión del hecho. ¿Cuánto dinero valen esas vidas?
Pienso en sus familias, en el vacío y la impotencia que deben sentir; pienso en mis hermanos y amigos y se me hace un nudo en la garganta. Busco consuelo de forma egoísta argumentado en la distancia  del “por suerte en mi Uruguay estamos lejos de cosas así”, pero mi condición de joven, estudiante, hijo y hermano, me recuerda que también soy ciudadano de este mundo y que mi silencio me vuelve cómplice.

Hoy Latinoamérica toda perdió a un puñado de jóvenes, por eso es deber de todos nosotros no olvidar, porque hacerlo representa la victoria de aquellos que se creen impunes fundados en el imperio de la fuerza y la violencia.

Mi abrazo y mi pésame a todo el pueblo mexicano. 

lunes, 29 de septiembre de 2014

El compromiso está en la calle.


Menos de un mes nos separa de las elecciones nacionales, menos de un mes para que los uruguayos una vez más manifiesten libre y democráticamente su voluntad soberana. Es a estas alturas donde creo necesario realizar un análisis –una fotografía como suele decirse - breve pero no por eso menos conciso acerca de la madurez necesaria que como votantes y poseedores de tan históricamente batallado derecho debemos tener.

La demanda de resultados, la vorágine del éxito.
Actualmente la opinión generalizada tiende a concebir como válida una máxima que en realidad no posee sustento alguno más que el propio acervo colectivo. Esta es la idea de que la rapidez de un proceso es condición sine qua non para el éxito del mismo. Por alguna razón, la cual particularmente creo que responde a la permeabilidad del pensamiento social frente al continuo bombardeo ideológico del sistema imperante, el cual necesariamente por su naturaleza debe esforzarse para abrirse caminos de manera constante; hemos en cierto grado, naturalizado esta idea.
 Ahora bien, analicémosla desde su opuesto. Lo que se infiere es que todo proceso que demande cierto lapso de tiempo, cierta complejidad en su diseño y estructuración, es negativo y poco productivo. Todo proyecto que solicite de nuestra parte un esfuerzo prolongado desde todos los aspectos, tanto temporal como intelectual, e incluso espiritual, es sinónimo de frustración e incertidumbre.

El juego en el plano político.
Lo que sucede con esto es que hoy en día, más precisamente en tiempos de campaña, podemos observar claramente que ha sido (o por lo menos pretende ser) adquirido como argumento base para desmerecer el proceso de cambio actual en el accionar político de nuestro país.
Hay según se puede percibir, un intento continuo por evitar que la mayor cantidad posible de personas  conciba a la política y lo que ella intenta construir, como un proceso continuo, el cual trasciende indefectiblemente los tiempos individuales y de gobierno. Esto se pretende lograr mediante un discurso –por cierto bien armado- que actúa en todos los campos de influencia, operando en base a un aparato propagandístico de dimensiones por demás considerables, que responde directamente a una capacidad económica sin precedentes en la vida político-partidaria nacional.
Cabe preguntarnos, ¿a que motivo responde este accionar? Responde sin lugar a dudas a la clara e indudable necesidad que los partidos tradicionales enfrentan hoy de lograr fraccionar y por ende desmovilizar el proceso de cambio llamado Frente Amplio, que surgió desde sus propias entrañas hace ya más de cuarenta años y que hoy en día, después de dos periodos de gobierno ha logrado demostrar que se puede pensar EN CLAVE DE FUTURO.
Es por esta sencilla razón que a quienes hoy son oposición, les urge instaurar la falta de memoria histórica y en consecuencia la incapacidad de visualizar a la construcción del bienestar colectivo como un proceso de acumulación. Porque saben que un modelo de país exitoso indefectiblemente debe transitar el camino de la igualdad de oportunidades, del acceso universal a los bienes y servicios, y eso contradice las bases mismas de su concepción de sociedad, librada a la suerte de un mercado que si algo ha demostrado es que dista de ser inclusivo.

Nuestra tarea.
Nos toca a nosotros, los que impulsamos estos cambios, salir a dar la pelea contra la política del pesimismo, la desmemoria y el mal augurio. Tenemos la RESPONSABILIDAD hoy más que nunca de respaldar todo lo realizado en estos diez años de gobierno frenteamplista, porque defender lo hecho es también, defender lo que está por venir. Esa es nuestra pelea, lograr promover en la gente una conciencia cuestionadora de la realidad, que sienta la necesidad de analizar y reflexionar sobre qué y quienes son los actores que influyen en su día a día pero por sobre todo ello, lograr que se piense a sí mismo como parte de un todo, de un colectivo, y en efecto de un proyecto común.
Para llevar adelante dicha tarea, contamos con herramientas que son sin duda trascendentes y que por sí solas son capaces de contrarrestar cualquier argumento que intente desacreditar el proyecto nacional frenteamplista. Son los logros que hemos alcanzado en estos diez años, ellos son la prueba fiel e irrefutable de que los gobiernos del Frente han sido capaces de interpretar las necesidades de la sociedad uruguaya. No existe argumento más sólido que lo tangible, que lo que podemos percibir en la cotidianeidad de nuestros días y es por eso que debemos marcar y defender con firmeza la obra de nuestros gobiernos.
Sin duda esta cuestión es solo una parte de la compleja realidad que supone hacer política y en consecuencia (de un largo proceso) ser gobierno, pero no por ello debemos subestimar su importancia. Si no somos capaces de lograr esa proyección temporal, de recordarle a la gente que este modelo de país que estamos defendiendo hoy, es el mismo que la gran mayoría de ellos apoyó hace diez años; que lo que se vota hoy, es la legitimación de lo que se votó ayer, entonces habremos perdido el sustento propio de  nuestra empresa y correremos el riesgo de ver estancadas nuestras expectativas de un futuro nacional próspero.

Es en este sentido que nosotros, los utópicos  que aprendimos a soñar con los pies en la tierra, los que nos atrevimos desde hace ya una década a “gestionar una ideología”, debemos seguir como hasta ahora, saliendo a cada rincón del país a defender lo hecho y refrescar si es necesario, la conciencia de aquellos que por diversos motivos no han hecho reparo de todo lo alcanzado hasta hoy.
Innegable es el papel que las Juventudes frenteamplistas deben jugar en este proceso electivo. Las mismas tienen la doble responsabilidad de sumar esfuerzos en lo que a la campaña se refiere, pero también deben en el mismo proceso, ser quienes puedan captar las expectativas y demandas de aquellos jóvenes que no han logrado identificarse con un modelo de país y mucho menos sentirse incluidos en dicho proyecto.
El desafío no es menor, pero conociendo a muchos de los jóvenes que hoy integran este colectivo, no tengo duda alguna de que la victoria está al alcance de nuestras manos.


ARRIBA COMPAÑEROS!! 

martes, 1 de abril de 2014

Horizonte lejano.

Un nuevo capítulo en este ya largo y penoso conflicto palestino-israelí se ha desatado en las últimas horas, tras el anuncio por parte del Presidente palestino Mahmud Abbas del inicio de los procesos correspondientes para la adhesión de Palestina a 15 organismos y convenciones  de Naciones Unidas, algo que está habilitado para hacer desde que fue reconocido como Estado Observador en Noviembre de 2012.  Esta decisión adoptada por las autoridades palestinas surge como respuesta a la negativa de Israel de liberar a 26 presos  palestinos  (capturados durante enfrentamientos previos a los Acuerdos de Oslo  de 1993), los cual habían acordado llevar a cabo la última semana de Marzo.
A dicho escenario debe agregársele el hecho de que Israel continúa con sus planes de creación de asentamientos en zonas más allá de la línea verde, por ende determinados como territorios en disputa.  Increíblemente –por lo menos para mí- las principales voces encargadas de llevar a cabo la intermediación entre las partes, lejos de mostrar firmeza frente a las claras violaciones por parte del gobierno israelí, intentan o mejor dicho atentan contra el derecho pleno de Palestina de exigir que se cumpla lo pactado en el marco de negociaciones que se han venido desarrollando en los últimos años.  Potencias como Estados Unidos y Reino Unido  Han salido al cruce de las intenciones palestinas mencionadas anteriormente, argumentando que de nada ayudarán al proceso de paz, pidiendo al gobierno del Presidente Abbas que posponga sus intenciones hasta alcanzar un acuerdo.

Un israelí = cuatrocientos palestinos

En paralelo a estas cuestiones se suma la intención del primer ministro  Benjamín Netanyahu de aprovechar el contexto tal y como está planteado para exigir la liberalización de Jonathan Pollard un espía israelí capturado en la década del 80 en Estado Unidos y condenado a cadena perpetua por  robar documentos americanos. Este reclamo se ha convertido en una lucha política por parte del primer mandatario israelí quien busca afianzar su mandato frente al pueblo judío ya cansado en parte por la dilatación en el tiempo del conflicto entre ambas naciones.
La promesa de Netanyahu es la detención del proceso de construcción de asentamientos en las zonas de conflicto así como la liberalización de 400 presos palestinos a cambio del regreso de Pollard a tierras israelíes, pedido frente al cual Estados Unidos ya se ha pronunciado en contra en ocasiones anteriores, e incluso el actual presidente B. Obama ha declarado que este individuo había cometido un delito grave y necesitaba “cumplir su tiempo”.

El escenario actual.

Plantado el escenario de este modo, encontramos entonces por una parte a una Palestina que se ve obligada a jugar cartas vitales para lograr mantener su causa “viva” en el tablero internacional, quedando a medida que transcurre el tiempo, con menos margen de negociación. Porque si bien entre los organismos y estatutos que pretende incorporar se encuentran algunos de gran trascendencia como la IV Convención de Ginebra sobre protección de civiles en tiempos de Guerra y sobre los derechos de la mujer y el niño entre otras, las que posibilitan a presentar las denuncias correspondientes frente a la Corte Penal Internacional; esto no es garante de nada, puesto que ni Estado Unidos (si bien en los últimos años ha flexibilizado en parte su postura frente al accionar de la Corte) ni Israel ratificaron el Tratado de Roma de 1998 en el cual se daba origen a dicha Corte.http://www.amnesty.org/es/campaigns/usa-and-international-criminal-court
Por otra parte tenemos a un gobierno israelí que no duda en seguir adelante con su política de asentamientos como herramienta fundamental para anexionar  en la práctica cada vez más territorios. La creación de asentamientos es de hecho una herramienta muy efectiva de acuerdo a los intereses israelíes puesto que una vez establecidos, con toda la infraestructura y principalmente toda la masa de civiles allí implantada,  resulta casi imposible por lo menos a corto y mediano plazo la vuelta atrás de los mismos.

Esto en conjunto con el lobby que de manera brillante mantienen los altos cargos israelíes en los distintos círculos de influencia política, en suma con el claro juego de intereses que grandes actores como los ya mencionados tienen depositados en esta zona del mundo; parece dejar en claro que detrás del discurso  pro acuerdo se esconde la simple y llana intención de dilatar un problema  que dista mucho ya de poseer solo un tinte religioso y que ha tomado carácter (fundamentalmente en las últimas dos décadas )político y económico , el cual desborda desde hace tiempo ya, la capacidad de los principales organismos internacionales para resolverlo.

viernes, 21 de febrero de 2014

Sangre bolivariana.


Los acontecimientos desatados en estos últimos días en tierras venezolanas han puesto en evidencia la incapacidad del cuerpo político (tanto gobierno como oposición) para actuar a la altura de las circunstancias. Las medidas adoptadas por el actual gobierno en nada han contribuido a detener los enfrentamientos entre las distintas posturas que hoy manifiestan sus encontradas posiciones. Por el contrario, dichas medidas parecen por momentos contribuir con la escalada de violencia. ¿Es esa la forma correcta en que un gobierno que posee el uso legitimo de la fuerza y los recursos necesarios para mantener el orden interno debe reaccionar frente a el escenario planteado en este caso?, ¿No sería mejor acaso intentar calmar las aguas, enfriar los ánimos? No soy tan ingenuo como para creer que algún medio puede operar de forma absolutamente objetiva, o ser el dueño de la verdad; pero si se que sesgar el acceso a las diferentes versiones y puntos de vista (que al fin y al cabo son las herramientas necesarias para que cada individuo pueda formar su propia "verdad") no contribuye en nada a la resolución de tan compleja y delicada realidad.
Espero se entienda mi opinión y hacia lo que apunta. no estoy ni por asomo discutiendo que lado es el culpable o quien es mas o menos democrático, cada uno de los actores tiene su propia historia (sobre eso me basaría yo a la hora de adjudicar responsabilidades) de las cuales puede deducirse mucho mas que si solo manejamos las versiones que aparecen frente a nuestros ojos adornadas y maquilladas de heroísmo casi mesiánico.
Por el pueblo venezolano, única víctima de esta maraña de desinformación y uso absolutamente irresponsable del poder, espero que se pueda llegar de forma racional y pronta al cese de tanta violencia. Las profundas diferencias que tanto dividen a esa sociedad, y que son el fondo de la cuestión, deberán ser abordadas con la madurez suficiente por parte de todos los actores involucrados si es que se quiere lograr de forma duradera y sincera el desarrollo y bienestar del pueblo bolivariano. Pero eso, es otro capitulo.

viernes, 15 de noviembre de 2013

El mundo árabe después de las agitadas primaveras

Un análisis objetivo de la situación.

 

Material extraído de http://www.monde-diplomatique.es/