Bienvenidas las opiniones fundadas y los debates constructivos.

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viernes, 30 de noviembre de 2012

El triunfo de la diplomacia palestina.



El desarrollo de los acontecimientos entre Israel y Palestina al igual que  muchos otros episodios similares entre diferentes actores, ha dejado en claro que la estructura orgánica de las Naciones Unidas, lejos esta de ser un mecanismo objetivo de acción frente a las necesidades de los distintos pueblos.
La impunidad y el descaro con que se amenaza el accionar de Palestina (accionar que no es otro más que el uso de los mecanismos legales que ofrece dicha organización internacional) quien intenta hacer uso legitimo del derecho de “libre determinación de los pueblos”, “la no intromisión en asuntos internos”, en definitiva; el ejercicio independiente de su Soberanía, denota a las claras la falta de imparcialidad y la imposición de intereses particulares de algunos Estados miembros por encima de el bienestar de otras naciones.
En estos últimos meses EE.UU. ha hecho efectivas sus amenazas sobre la iniciativa del Estado palestino quitando el apoyo financiero a determinadas agencias de la ONU, caso concreto es UNESCO, órgano que dejó de recibir el aporte norteamericano después de haber aceptado a Palestina como miembro.
Cabe preguntar entonces, ¿Qué sucederá ahora que Palestina es aceptada como Estado Observador no miembro y posee la facultad plena de participar en las diferentes agencias pertenecientes a las Naciones Unidas? ¿Dejará EE.UU de financiar automáticamente dichas órganos, sabiendo que su aporte resulta de vital importancia para el funcionamiento de los mismos? ¿Se sucederá otro tipo de “sanciones” contra el Estado palestino en reprimenda por haber reclamado su derecho a ser? ¿No es acaso esto lisa y llanamente extorsión? Parece necesario explicitar que Estado palestino significa nación palestina, población palestina; individuos que reclaman su derecho como tal.
El resultado de la votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas merece cuando menos un lectura critica por parte de Israel Y EE.UU., 138 votos a favor contra 9, mas el posicionamiento neutro de algunos actores de primordial importancia en el escenario como Alemania, país que hasta este momento mantenía una política Pro Israel. Dicho resultado parece indicar que el sentir general se inclina por una resolución pacifica de este conflicto histórico, casi sentenciando de manera irreprochable las hasta ahora estériles políticas practicadas por el binomio EE.UU. – Israel; políticas que según parece, apenas conocido el fallo por parte de la Asamblea no pretenden reformularse en lo mas mínimo, sino que por el contrario apuntan a endurecer su accionar. El gobierno de Israel ha hecho pública en las últimas horas su intención de crear dentro de Cisjordania y Jerusalén (la denominada zona E-1) unas 3000 nuevas viviendas lo que indudablemente perjudica rotundamente toda posibilidad de dialogo entre ambas naciones.
En estas circunstancias, planteado dicho escenario en el campo político, depende del gobierno palestino y de su capacidad como tal, el aprovechamiento del posicionamiento que dicha resolución le ha otorgado para poder reafirmarse y lograr hacer eco de sus reclamos en los oídos de los demás Estados, generando así un compromiso verdadero por parte de los mismos frente a la realidad que este debe enfrentar diariamente.
Existe sin embargo un elemento no menos importante a tener en cuenta, la composición de la estructura sociopolítica palestina es por demás compuesta e inestable en lo que respecta a unidad, fuerzas divergentes como lo son Hamás y la Organización para la Liberación de Palestina, en suma con la influencia de los Estados árabes, enfrentan un desafío mas que importante; lograr mancomunar sus ideas y convicciones en pos de un interés nacional.
Una conclusión se desprende de estos últimos acontecimientos, mas allá de la escasa funcionalidad dentro del ámbito institucional, el reconocimiento por parte de la Asamblea al Estado palestino, le confiere Ad effectum un gran apoyo y representa un pilar más que significativo donde reafirmar sus demandas.
Sin duda será necesario que ambas naciones manifiesten su voluntad real de solucionar este -por demás complejo- conflicto en los hechos y no simplemente en los discursos; aunque para que dicha solución comience a vislumbrarse se vuelve imperiosa la separación de los planos político y religioso, alternativa que no parece factible a simple vista debido a la naturaleza del mismo.


“El Gobierno del Estado de Israel y el Grupo de la OLP (de la delegación jordano-palestina a la Conferencia de Paz sobre el Oriente Medio) (la "delegación palestina"), en representación del pueblo palestino, convienen en que ha llegado el momento de poner fin a decenios de enfrentamientos y conflictos, de reconocer sus legítimos derechos políticos mutuos, de tratar de vivir en un régimen de coexistencia pacífica y de dignidad y seguridad mutuas, y de llegar a una solución de paz justa, duradera y global y a una reconciliación histórica por conducto de un proceso político convenido.”  
    (Introducción de la Declaración de Principios sobre las disposiciones relacionadas con un gobierno autónomo y provisional, suscrita por el Estado de Israel y la Organización de liberación palestina el 13 de setiembre de 1993). 

martes, 21 de agosto de 2012

Samia Yusuf Omar

La indignación que produce el desenlace de la historia de vida de Samia Yusuf Omar, no se compara con la vergüenza que debemos sentir como seres humanos capaces de engendrar tal sufrimiento.
Resulta absolutamente necesario poner sobre la mesa  los determinantes que condujeron a tan trágico final, Somalia un país sumido en la más absoluta miseria, sesgado por el peso de la religión musulmana, donde ser mujer es una condena, donde la preocupación constante es la lucha por sobrevivir otro día más, combatiendo frente a la humillación, la degradación, la discriminación, la falta de garantías de cualquier tipo y la carencia absoluta de recursos. Parece increíble que en semejante escenario planteado allá podido surgir una voluntad como la de esta joven. Samia fue capaz de soportar las peores aberraciones por parte de una sociedad y un contexto que solo producen segregación en cuanto a genero y limitaciones en lo que a oportunidades respecta.
Es inevitable pensar en la infinidad de casos similares, historias de vida marcadas por la desgracia de haber nacido en un lugar apartado del escenario mundial, condenado al ostracismo y al eterno sufrir de quienes lo habitan.
El hecho de  solo pensar por un momento en todo lo que esta joven somalí padeció en su corta vida, genera una mezcla de indignación, rabia y desesperanza que describen un panorama desolador.
Mientras tanto las voces siguen hablando de occidente y oriente, musulmanes y cristianos y proclaman a viva voz la responsabilidad del contrario, pero en el trasfondo de la situación  se vislumbra una sola certeza y es que hoy, mañana y en los días siguientes esta realidad seguirá condenando a gente inocente a la cual todos como humanidad le debemos su derecho a vivir dignamente, a hacer valer su condición de ser humano en definitiva, su derecho a ser.

La integración regional latinoamericana en el Siglo XXI,el camino al desarrollo.




La vorágine con que se desarrollan actualmente las relaciones internacionales, condicionadas por un modelo de producción económica imperante el cual abarca y determina en gran parte todos los aspectos de las distintas sociedades,  exige cada vez más a los principales actores internacionales, el desarrollo de la capacidad de adaptación a los diferentes escenarios (político, económico, social, cultural) en los cuales se plantea el orden establecido.Frente a este desafío, los Estados deberán manejar las diferentes opciones y los posibles espacios por los cuales puedan navegar, dependiendo siempre de sus características propias, limitaciones y potencialidades, a saber, nivel  de desarrollo económico, político, social, cultural, económico, de infraestructura, así como características geográficas y disponibilidad de recursos naturales.Tomando en cuenta estos elementos, así como también la observación de experiencias anteriores aplicadas por otros actores, es que la integración surge como la opción más plausible para las economías de menor escala a la hora de afrontar la realidad mundial actual, “Globalización-mundialización”.
Integración desde todo punto de vista, no solo de carácter político-económico, sino también social y cultural. El reforzamiento de los lazos entre los países integrantes de una misma región no solo resulta positivo para el desarrollo de sus economías y sus sociedades, si no que también, resulta la mejor herramienta a la hora de afrontar los diferentes embates de la Globalización y sus esfuerzos por la supresión de las barreras nacionales, obteniendo como contra partida un reforzamiento de las identidades locales; así como de su papel en el escenario mundial. 


-¿Es el modelo integrador la mejor herramienta de que dispone América  Latina para afrontar los nuevos desafíos?

-¿Existen otras alternativas?



“El éxito en el proceso de integración por parte de un Estado dependerá tanto de su fortaleza institucional y política, como de la capacidad de su sociedad  de pensarse como una única unidad de identidad nacional, participativa y consensuada”.

-                Para responder a dichas interrogantes es necesario establecer primeramente los conceptos básicos sobre los que se asienta un sistema de integración. El mismo surge como respuesta frente a las distintas demandas y desafíos del escenario mundial, la aparición de nuevas necesidades a satisfacer así como el surgimiento de nuevos compromisos asumidos por los diversos actores. Los nuevos avances en el campo de la comunicación, la interconexión constante de las distintas sociedades, el acceso a la información en tiempo real (TICS), los  choques culturales, el surgimiento de nuevos actores a escala mundial, así como la predominancia de las actividades económico-financieras (con su modelo actual desregulador y expansionista) sobre el resto de los demás campos, con  todas sus consecuencias negativas y positivas; son las características que aparecen en la actualidad como las “Game rules”, las cuales delimitan las posibilidades de acción de los Estados.
Frente a semejante escenario en el cual entran en juego las capacidades de operación particulares de cada uno de ellos, el nivel de desarrollo económico, político y social se vuelve un imperativo para la consecución de las metas trazadas, a la vez que es innegable la disparidad de “realidades” que afrontan cada uno de ellos en particular.
Es en este proceso de adaptación al contexto global donde surgen diferentes sistemas de organización, los cuales apuntan siempre al desarrollo de las distintas sociedades. Los mismos son producto de su tiempo así como del contexto en el que se despliegan. Para el caso particular de América Latina en la segunda mitad del SXX, pudimos observar la implementación de un sistema aislacionista basado en la idea de autosuficiencia como plataforma para catapultar a las naciones involucradas al desarrollo. Este modelo de industrias por sustitución de importaciones (ISI), fue el primer intento “palpable” planteado por las sociedades latinoamericanas para dar respuesta a las necesidades de las mismas así como también plantarse como la nueva alternativa frente a los desafíos que el denominado sistema de centro-periferia imponía a las naciones menos desarrolladas.
Fue la CEPAL el organismo encargado de llevar a cabo dichas políticas desde la década del 50
quien logró implementar en un primer momento el nuevo sistema alcanzando niveles de desarrollo positivos pero desatendiendo el carácter social y concentrándose en el aspecto económico, hecho que, transcurridas las dos primeras décadas de vida de dicho modelo, fue volviéndose cada vez más notorio. A medida que las industrias se incrementaban, de igual manera surgía la dificultad de distribuir  equitativamente el ingreso en la población lo que demandó un reestructuramiento de las políticas aplicadas en miras a una mejor distribución de las riquezas dentro del tejido social.
Durante el transcurso de las siguientes décadas el modelo de sustitución debió “aprender” a moldearse a las “reglas de juego” adaptando y reorientando sus políticas de acuerdo a las demandas e imperativos del sistema-mundo. Evolución que tuvo su decantación en el denominado Neoestructuralismo, el cual es producto del acompasamiento de las ideas de desarrollo a la nueva realidad actual. La apertura comercial y financiera, el avance hacia una economía más abierta y una reducción del papel del Estado en la misma, fueron algunos de los nuevos conceptos que la CEPAL comenzó a manejar. Esto deja en claro la inviabilidad del modelo aislacionista, el cual presupone indefectiblemente un callejón sin salida para el desarrollo de la economía y de la sociedad. Dar la espalda al sistema mundial en términos de interdependencia presupone según mi criterio un error inmenso, pues es justamente en ella donde radican las oportunidades de superación así como la posibilidad de alcanzar un  desarrollo efectivo y perdurable.


La integración como sistema de organización.

-   Es necesario entonces establecer otro esquema de acción, el cual tome en cuenta estos factores pero que a su vez sea lo suficientemente fuerte y estable como para proyectarse en el largo plazo. Es aquí donde se introduce el concepto de regionalismo como elemento de defensa para las distintas economías frente al proceso desestabilizador de la Globalización.
El mismo surge como un instrumento loable para que los Estados nacionales (principal obstáculo a vencer por parte de la Globalización) puedan incorporarse entre si plenamente frente a la mundialización de los mercados y de las sociedades. Es el concepto de integración entonces el que parece adaptarse en mejor forma a las demandas del sistema actual, proporcionando a los actores participantes, herramientas eficaces para poder proyectar sus intereses en el plano internacional.




¿Qué condiciones son necesarias para la aplicación de un sistema integracionista?

Se observa como necesaria en primer lugar la existencia de intereses comunes al igual que valores, los cuales actúan como nexos entre las distintas sociedades integrantes del sistema. Una relativa equivalencia estructural por parte de los actores por que si bien se acepta la disparidad de niveles de desarrollo entre dos economías, es entendible que ambas deban superar un nivel mínimo de sustentabilidad como para poder enfrentar el desafío de proyectarse a nivel regional y mundial.
Una relativa complementación por parte de los  participantes, lo cual refuerza la idea de interdependencia y también en igual medida, la firme convicción de los mismos de que los resultados de dicha asociación serán beneficiosos en muchos aspectos; ya que esto, asegura el nivel de compromiso de los Estados.


-    Sin duda el aspecto económico juega un papel determinante en el desarrollo de una sociedad y  el fenómeno de integración no escapa a dicha máxima. La unión de uno o más Estados presupone el potenciamiento de las economías locales en el plano internacional proyectándolas de forma sólida y eficiente. El surgimiento de un nuevo mercado regional fortalecido es también una nueva ventana hacia el estrechamiento de las relaciones con el resto del mundo, así como un nuevo escenario de interacción y oportunidad.
El aumento de la capacidad de negociación de los Estados integrantes, es también un hecho particularmente beneficioso par las economías más pequeñas del bloque las cuales pueden así plantarse de carácter firme ante las vicisitudes del mercado (empresas transnacionales, variaciones del mercado financiero, etc.). 
En el aspecto social  la integración será el motor ideal para el afianzamiento del intercambio cultural. El sentimiento de cooperación y solidaridad así como el reafirmamiento de la identidad local en el marco regional y mundial, se verán profundamente potenciados, todo ello bajo el consentimiento de un accionar colectivo hacia la obtención de determinados intereses generales. La realidad actual demuestra que los diferentes emprendimientos de carácter integracionista dentro de Latinoamérica han sido en mayor o menor medida, beneficiosos para sus actores. Si bien en el plano empírico la aplicación de las distintas políticas, ha resultado ser por demás trabajosa y compleja debido a la multiplicidad de factores que deben ser contemplados, se puede concluir que hasta el momento, un modelo de integración es el elemento más certero para moverse en el tablero mundial. El ejemplo más claro a seguir de cara a este tipo de sistemas es sin dudas la Unión Europea, organismo supranacional el cual ha logrado un nivel de desarrollo superior a cualquier otro emprendimiento de estos caracteres. No obstante hoy en día la misma se encuentra en estado de revisión total de sus pilares fundamentales lo cual indica que ningún proceso de estas características es enteramente infalible ante la volatilidad de un mercado mundial económico financiero que  exige cada vez más un severo análisis de las variantes y de los posibles escenarios a plantearse.


Durante los distintos procesos histórico-evolutivos del sistema mundial, las sociedades han intentado acompasar sus políticas así como también sus procedimientos conforme a las demandas que dominan en el momento. El éxito alcanzado en esa campaña dependerá siempre de los recursos materiales e intelectuales con los que se disponga, en suma con las voluntades y el consenso necesario de cada sociedad en particular.
El sistema integracional parece ser hoy día, de acuerdo a la realidad actual y la proyectada para este siglo XXI, el sistema más aceptable a la hora de proyectar los intereses de cada Estado hacia el futuro.
En un mundo interdependiente en materia productiva, con un grado de  interconectividad absoluto, donde el flujo de las relaciones mayormente económicas pero también, políticas, sociales y culturales entre los distintos actores internacionales se complejizan a la vez que se intensifican, estableciendo así, nuevos escenarios y nuevos retos; se convierte en un desafío para el Estado-Nación alcanzar los objetivos que se plantea. Para las economías menos desarrolladas que ven disminuidas sus capacidades de acción frente a las presiones e imposiciones por parte del sistema, se vuelve inevitable la idea de integración. El regionalismo surge entonces como el camino más adecuado para potenciar las capacidades individuales de los Estados latinoamericanos, la interdependencia regional, el consenso político y social entre los actores, la diversidad cultural así como la complementación en materia de producción, se vuelven las herramientas básicas para plantarse de manera firme ante la realidad actual, esa    “mundialización del mundo” que parece abarcar todos los aspectos del relacionamiento humano.
Empero no se puede negar que dicho sistema presenta falencias del más variado orden, esto creo yo debido en mayor medida al prematuro camino que los distintos proyectos han transitado. Si pensamos en una Unión Europea como el ejemplo más claro, debemos entender entonces que el grado de certeza  en cuanto a políticas de integración refiere no es nunca absoluto pero es sin dudas la mejor opción para el desarrollo que ha surgido hasta ahora.
En el caso de Latinoamérica por su condición histórica de economía oprimida y poco desarrollada, basada en mayor medida en productos primarios (siempre contemplando excepciones) y dependiente entonces de factores externos, la integración surge como la clave para el desarrollo equitativo de sus distintas economías así como de las sociedades que la integran. No se puede pensar en una tecnificación de la economía latinoamericana sin contemplar la idea de cooperación entre sus Estados. No se puede plantear la idea de un desarrollo sostenible si no se establecen políticas comunes para la región con respecto a las diferentes materias, ambientales, económicas, sociales y culturales.
No se puede pensar en un futuro sustentable y eficaz si se observa la realidad desde una perspectiva individualista.









sábado, 9 de junio de 2012

Israel-Palestina.


En los últimos días tuve la oportunidad de participar en una charla a cargo del Sr. Embajador de Israel (en Uruguay), Dori Goren. La misma realizada en el  marco de las V jornadas académicas organizadas por el Centro de Estudiantes de Relaciones Internacionales (CERRII).
En dicha Exposición pude escuchar por parte del Sr. Embajador los diferentes escenarios en los cuales se desarrolla el conflicto Israel-Palestina, esto claro está desde el punto de vista Israelí. Como suele suceder frente a este tipo de temas, los cuales se caracterizan por una complejidad abrumadora, la cual comprende tanto matices políticos como religiosos, ideológicos, culturales, económicos y sociales; creo que es entendible experimentar la necesidad de interiorizarse un poco más en el asunto.
Para ello, me parece condición necesaria y primaria, poder observar dicho conflicto desde la óptica de ambos actores, escuchar las “dos campanas” antes de formar una opinión. De ahí en adelante y de acuerdo al interés que el asunto suscite en cada uno, se podrá seguir o no, investigando de forma más comprometida.
Es por eso que pongo a disposición de quien esté interesado el siguiente material, el mismo es un documental en el cual se puede apreciar la realidad de dicho conflicto desde una perspectiva un tanto opuesta a la expuesta por el Sr. Embajador.

domingo, 22 de abril de 2012

Una situación de una gravedad sin precedentes.


    Por primera vez, el nivel de riquezas ha llegado a tales niveles que la desigualdad Norte-Sur ha llegado a ser insostenible. El mil millón de “gentes” de los países ricos gana 150 veces más per. capita, en media, que los  mil millones más pobres. Entre los extremos “individuales”, el más adinerado puede tener mil o incluso un millón de veces más que el más desheredado.
    Por primera vez, y para nuestra locura, los militares disponen de stocks de armas atómicas susceptibles de destruir, en cualquier instante, lo esencial de nuestras civilizaciones. ¿Podemos pararles a tiempo?
    Por primera vez, estamos en trance de demoler sistemáticamente –ante la indiferencia general- los climas del planeta.
Por primera vez, en fin, una crisis se extiende a escala mundial, y los países ricos, muy preocupados por sus privilegios, rehúsan hacer lo necesario para acabar con el paro masivo y la miseria que ello entraña.
    Preservar en esta serie de errores sería correr riesgos de los cuales no se puede medir aún la gravedad. Hace falta resueltamente buscar la salida a la  “cortapisa” del liberalismo económico, el gran responsable. Así que hay que volver a dar la prioridad a lo social, al desarrollo humano, a base de una justicia social a escala mundial: tarea aplastante y de largo aliento… Hace falta en fin intentar organizar un desarrollo verdaderamente duradero, y poner en el primer plano todas las medidas capaces de reducir las agresiones contra la ecología.
    Esto nos lleva a repensar en profundidad toda la “política”, a volver a dar la prioridad a los derechos del hombre;  a los derechos civiles  y políticos, a las libertades, pero también a los derechos sociales, económicos y culturales, es decir, al derecho al trabajo, el derecho a un techo, a la salud, a la educación, a una vida decente, no solamente en Occidente, donde estos derechos comienzan a estar burlados, sino en todas partes del mundo. Problemas que nuestra democracia occidental, a pesar de tener ciertas cualidades, no se ha revelado apta para resolver plenamente, se diga lo que se diga, ni aquí ni en otras partes.

René Dumont, La pobreza y el desempleo. El liberalismo o la democracia  
Seuil, París, 1994, pp. 107-108.         


Este fragmento citado de la obra de René Dumont publicada en el año 1994, se adapta de forma absolutamente clara y concisa la realidad en la que el mundo globalizado se encuentra hoy sumergido, denunciando la incapacidad del sistema capitalista de enfrentar su peor consecuencia directa, la desigualdad social en todos sus aspectos; así como también sus efectos catastróficos en materia medioambiental.
La idea de “repensar en profundidad toda la política”, parece ser el camino más sensato a la vista para llevar a cabo el cambio necesario en la mentalidad de las sociedades más favorecidas con el sistema actual, se hace urgente despertar en ellas el sentimiento de pertenencia, de conjunto. Lograr entender la idea de humanidad, en fin; de “aldea global” en su sentido más puro.

     
     

martes, 21 de febrero de 2012

Juventud y reivindicación.



Históricamente podríamos señalar numerosos episodios de manifestación estudiantil en rechazo de las políticas impuestas, desde aquel mayo francés de 1968 hasta las recientes movilizaciones por parte del estudiantado (y gran parte de la sociedad) chileno en 2011 pero que desde hace ya varios años reclama una reforma absoluta de un sistema educativo que poco tiene de equitativo a simple vista.

La represión como respuesta del sistema frente al quebrantamiento del establishment tampoco es novedad, naturalmente es deber del Estado mantener el orden y evitar así el tan temido “caos” social, pero es aquí precisamente, en este punto de inflexión donde en mi opinión radica el núcleo de este tipo de acontecimientos y por ende donde se dividen las aguas entre la opinión publica y la voz del gobierno.

La libertad legitima de todo ciudadano de expresar de forma pacifica su disconformidad con un hecho puntual es sin lugar a discusiones uno de los derechos más ilustrativos de la capacidad de convivencia y tolerancia del ser humano. Frente a esto una duda casi instantánea surge, ¿en que condiciones, bajo que argumentos se basa el Estado para diferenciar una manifestación de carácter pacifica y legitima de una que no lo es? No me refiero a las diferencias entre un grupo determinado de manifestantes y una horda de violentos inadaptados sociales, los primeros se unen bajo un mismo reclamo frente a una situación determinada y los segundos simplemente son “oportunistas del caos”. No se necesita un andamiaje del tamaño de un sistema judicial para observar dichas diferencias.

La duda radica dentro del primer grupo, las más variadas manifestaciones; reclamos obreros, estudiantiles etc. ¿cómo logra el poder estatal justificar la represión frente a una movilización que en este caso actual –Valencia- no parece ofrecer ningún tipo de amenaza al orden social? ¿Cortar el paso en una calle lo justifica?, ¿Vale más la circulación libre de los vehículos dentro de la ciudad que el reclamo legítimo y pacifico de un colectivo social? Si esta es la justificación de esta reprimenda en particular creo que el sistema legal español esta pidiendo a gritos una revisión de su contenido.

Por más que intentemos comprender el razonamiento de los dirigentes de turno encargados de aplicar la “Ley”, se vuelve muy difícil aceptar dicha justificación y más aún, desconforma y agita más las aguas.

Creo que lo único que deja al descubierto todo este escenario es la absoluta perplejidad y falta de previsión del sistema político; una inoperancia y falta de conocimiento atroz.

¿Qué esperaban?, ¿qué la gente aceptase de cabeza gacha todo esto?

Hoy ya en el segundo día de reclamos, como era de esperarse y en respuesta a estos hechos, un numero mayor de ciudadanos , estudiantes, padres, hijos, e incluso abuelos se han volcado a las calles ya no para reclamar un mejor nivel educativo si no que también en protesta frente a la inexplicable represión sucedida en la jornada anterior.

Si la intención primaria del sistema era controlar y hasta en cierto modo callar esas voces, el gobierno ha descuidado aspectos básicos del asunto, reprimir es naturalmente un sinónimo de negatividad, pero encima de esto aplicarlo a la juventud es potenciar ese sentimiento infinitas veces, logrando únicamente así volcarse a la gran mayoría de la sociedad en contra. Lo que la juventud representa para la sociedad pesa demasiado en el inconciente colectivo, es algo necio ir en contra de ello.

España esta sufriendo cambios en el seno de su sociedad –un cambio social siempre se sufre-, llámense Indignados, parados, estudiantes o quien sea, son todos parte del mismo cuerpo y están reclamando algo. Es ahora más que nunca cuando el sistema político debe demostrar su capacidad como medio dirigente y coordinador de políticas eficaces.

Es un gran desafío el que enfrenta la clase política en estos días, de su capacidad de interpretar y responder a las demandas depende en gran parte el porvenir del sistema actual. Es un llamado de atención a la misma, no se puede hablar de reestructuras económicas, políticas y sociales sin tener en cuenta la opinión del actor principal, los problemas que enfrenta una sociedad no se resuelven en una oficina, utilizando formulas mágicas y calculadoras, ignorando la voz popular. Ojalá lo entiendan de forma rápida y actúen al nivel de la situación, las herramientas están en sus manos.